NOROESTE

Sólo iba a recuperar peso y me lo entregaron muerto: madre de bebé en Culiacán

01/10/2015 - 10:03 am

Madre de recién nacido fallecido en Hospital Regional del IMSS en Culiacán interpone denuncia en Subprocuraduría de Justicia en la zona sur del estado.

Madre denuncia a IMSS por muerte de bebé
La madre del bebé interpuso una demanda en contra de la clínica del IMSS. Foto: Iván Lizárraga, Noroeste

Por Sheila Arias

Ciudad de México, 1 de octubre (SinEmbargo/Noroeste).– Un joven matrimonio mazatleco, con domicilio en la Colonia Francisco Villa, se encuentra entre las familias agraviadas por el caso de los 13 bebés muertos presuntamente a consecuencia de una bacteria en el Hospital Regional 1 del IMSS, en Culiacán.

Para Leticia Diana Soto nada ha sido más triste que ver a su hijo muerto envuelto en un pañal, así se le entregaron en ese nosocomio, y ahí ella lo bautizó con agua de la llave.

El pequeño, de apenas 15 días de nacido, es uno de los 13 bebés que ha perdido la vida, al parecer, por una bacteria en cuneros. La joven mazatleca, de 20 años, no estaba dispuesta a denunciar, en su dolor su familia se convenció que nada les regresaría al pequeño Dorian de Jesús.

Sin embargo, poco a poco supieron de otros pequeños que también perdieron la vida en esos cuneros, todos infectados por algo, o por el mismo "virus", como a ella le dijeron.

Leticia Diana Soto y su familia viven en la Colonia Francisco Villa de este puerto, el pequeño Dorian de Jesús fue sepultado el 14 de septiembre pasado en el panteón de la zona, muy cerca de su casa.

"Cuando nos dimos cuenta que eran muchos niños que habían muerto, mi esposo y yo platicamos y decidimos denunciar, esto tiene qué parar; perder a un hijo es un dolor muy fuerte", narró Diana ayer, minutos después de su declaración en el Ministerio Público.

La joven denunció la muerte de su segundo bebé en la Subprocuraduría de Justicia zona sur, el caso pasará a Culiacán, a la Agencia de Homicidios.

DENUNCIA FALTA DE HIGIENE EN EL HOSPITAL

La triste historia de Leticia Diana comenzó aquí en Mazatlán, durante siete meses fue puntual en sus consultas prenatales en el "seguro nuevo", pero le detectaron presión alta y la trasladaron a Culiacán.

"Me dijeron que el niño estaba muy chiquito, que era necesario entubarlo, por eso me llevaron. Mi hijo nació el 30 de agosto, yo lo oí llorar, de hecho no lo entubaron, se quedó en cuneros sólo para ganar peso", cuenta.

Y nada de eso pasó. El bebé de 1.450 kilogramos empeoró cada día hasta su muerte.

"Yo estuve una semana internada, cuando salí fui a casa de mi mamá (quien vive en Culiacán), todos los días iba a ver a mi niño, me di cuenta que no había higiene, las enfermeras tenían uñas largas, pintadas, agarraban papeles, plumas y al mismo tiempo a los bebés. Cuneros es muy chiquito, los bebés están pegaditos", dice.

Diana es ama de casa, su esposo, de 27 años, es electricista. Ella fue la única que vio vivo al pequeño.

"Tenía manos grandes, su cabeza era chiquita, estaba hermoso, se parecía a mi esposo. Al tercer día que estuvo en la incubadora él agarró ese virus, eso me dijeron, que era un virus muy fuerte; un día antes de que muriera abrió los ojitos, platiqué con él, yo tenía fe de que iba a salir", recuerda.

Tres días antes de la tragedia ella lo notó extraño.

"Al principio mi hijo estaba bien, después empezó a cambiar de color, luego lo vi como verde, y al tercer día que lo vi así él fallece. Lo miré un día antes en la mañana, pero el doctor me dijo que no fuera a verlo en la tarde porque le iban a hacer estudios, y en la mañana me dijeron que mi niño había muerto", recuerda.

El pequeño murió el 13 de septiembre a las 04:30 horas, a Leticia Diana le avisaron por teléfono cuatro horas después. La causa oficial fue sepsis, una infección.

"Entré a verlo y lo tenían envuelto en un pañal desechable, encintado, ahí agarré agua de la llave y lo bauticé, le puse Dorian de Jesús; mi marido y yo empezamos a llorar, después el doctor me dijo que se le había muerto a la doctora de guardia, que él sólo daba las malas noticias", recuerda.

Hasta ese momento la familia recibió apoyo, antes les habían negado el pago de los viáticos.

"A mi niño lo trasladaron en un carroza, fue en lo único que me ayudó el Seguro, lo velé en mi casa. Queremos justicia porque antes se habían muerto unos gemelitos, y después otro bebé", narró.

"Tenía manos grandes, su cabeza era chiquita, estaba hermoso, se parecía a mi esposo. Al tercer día que estuvo en la incubadora él agarró ese virus, eso me dijeron, que era un virus muy fuerte; un día antes de que muriera abrió los ojitos, platiqué con él, yo tenía fe de que iba a salir".

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